
VINO BONARDA – 8 PROPIEDADES TIPICAS
Bonarda
Encuentra en este artículo escrito por uno de nuestros enólogos estrella, las virtudes fundamentales del vino Bonarda, dotado de una uva con una historia importante dentro del universo de vinos argentinos.
Tabla de contenidos:
Historia del varietal Bonarda
Se considera que esta variedad llega a la Argentina a través de las corrientes inmigratorias de fines del siglo XIX, iniciándose su cultivo en la región de Cuyo. Acompaño los mejores vinos argentinos, junto con el Malbec, las uvas criollas y cereza, para llegar a ser consumido en la Argentina, en un volumen de más de 90 litros por persona, por habitante al año, a fines del siglo XX.
Los comienzos del Vino Bonarda
Fácilmente identificable en el viñedo por sus hojas típicamente planchadas, muchas de ellas enteras; brotes fuertemente coloreados y racimos medianos, compactos con características bayas redondas. Este vino ha sido utilizado durante mucho tiempo como base de vinos tintos comunes por sus altos rendimientos por hectárea y su sobresaliente aporte de color. Tiene gran aptitud para mejorar vinos de corte, especialmente con Malbec. Ante el descubrimiento de su potencial enológico, se reduce la producción por hectárea, para lograr una calidad excepcional, por lo que comienza su desarrollo como uno de los mejores vinos tintos argentinos.
La uva Bonarda
Podríamos decir que esta uva tiene un doble propósito según la forma que se lo cultive y luego su elaboración. Se puede llegar a un vino de alta calidad para catar en una copa de degustación profesional o para beber distendidamente como parte de un vino de corte joven y frutal. El desafío de la vitivinicultura argentina pasa por recuperar su presencia en los hogares consumidores de vinos y sostener su expansión en las exportaciones. Hoy tiene en esta uva un baluarte para proyectar el crecimiento de este varietal.
Sus propiedades organolépticas
Hoy se encuentra extendido su cultivo a toda la Argentina vitivinícola, y es la tercera uva más cultivada en este país, luego del Malbec y la Cereza. En cuanto al clima podemos mencionar que le asientan bien climas cálidos donde logra las características más destacadas. En estos climas se logran vinos de colores intensos, marcados violetas o púrpuras, que evolucionan al rojo rubí. Su aroma es intenso y suelen aparecer atractivas notas frutales de frutas rojas (frambuesa, frutillas, cassis o cerezas) y frutas negras (moras, ciruelas o arándanos). En boca es agradable y dulce, de buena intensidad. Sus taninos son suaves y hacen aterciopelado y elegante al vino. En resumen, un vino complejo, que mantiene la suavidad de sus taninos. Aquí es donde juegan los agrónomos y enólogos, definiendo en el viñedo el rendimiento para diseñar, de acuerdo a ello, una mayor o menor complejidad, pero siempre con la posibilidad de lograr una excelente calidad. Luego hay paladares más orientados a vinos de guarda, con crianza en roble o aquellos que se pueden consumir jóvenes, frutales y fáciles de beber. Por supuesto, varían los precios, pero también los gustos.
El Bonarda Colonia Las Liebres
El célebre vino argentino Colonia Las Liebres comenzó en el año 2003 a estudiar su variación a través de los distintos climas y suelos de Mendoza. Colonia Las Liebres se estableció como marca gemela para enfocarse solo en el cultivo de esta uva. Esta bodega pinta una liebre que vagabunda en el viñedo. Esa imagen se refiere a la personalidad del vino, puro y natural, un vino que refleja su único sentido de espacio. Ellos cosechan uvas 100% Bonarda provenientes de viñedos orgánicos con conducción en parrales, ubicados en Luján de Cuyo (Mendoza) a 800 msnm. El clima es semi-desértico, con días calurosos y noches frescas. Los suelos son de buen drenaje, de textura limo arenosa. El componente arcilloso del suelo provee nutrientes minerales y retención de agua, mientras el componente arenoso previene la compactación excesiva del limo y de la arcilla, y garantiza el drenaje del agua. Este vino presenta notas de frutas rojas crocantes y pimienta blanca, con una boca de taninos suaves y de sabores intensos. Tiene un final muy largo y fresco, mucho carácter, es profundo y lleno de energía; elementos que hacen un vino de gran placer. Ideal para acompañar platos de pasta con salsa de tomate, pizzas y carnes magras. La primera botella de Colonia Las Liebres lanzada en el mercado fue la añada 2003. Ya en casi 20 años de producción y experimentación, esta bodega continúa con dedicación y pasión abogando por el futuro de la Bonarda en el mercado global.
El Bonarda en Mendoza
La provincia de Mendoza tiene la mayor cantidad de Bonarda de Argentina, alcanzando en 2020 las 15.162ha (83,5%), seguida por la procincia Argentina de San Juan con 2.210 ha (12,2%). El resto de las provincias solo cuentan con 781 ha (4,3%).
La exportación
En el año 2020 el 23% de los vinos varietales elaborados con Bonarda se exportaron y el 77% se comercializó en el mercado interno. Se observa una recuperación en las exportaciones de este varietal puro y con cortes, registrando en 2020 el mayor volumen enviado al exterior de toda la década. Esta tendencia se mantuvo en el 2021, donde se comercializaron 99.303 hl de vino varietal y 124.645 hl en corte con alguna otra variedad. Este crecimiento sostenido hace que el año 2021 se registren 17.712 ha cultivadas, lo que representa el 8,4% del total de los viñedos argentinos. Ha llegado así a una producción de 2.136.757 quintales, lo que represento el 10 % de la cosecha total de uva en este país. En el mercado argentino durante el 2021 este varietal se ha despachado, tanto puro como en corte en un 76%, lo que significa un crecimiento en el último año de un 25%. En cuanto al mercado mundial, en el mismo periodo el vino Bonarda, puro más corte, registro nuevamente, como lo viene haciendo desde 2017, un sostenido aumento, logrando superar en un 29 % lo comercializado en el año anterior.
El maridaje del Bonarda
Algunas propuestas de maridaje, que por supuesto pueden ampliarse según la región, comprenden para vinos de cierto tiempo de crianza, quesos duros y semiduros, vegetales grillados, carnes asadas como la molleja o carne de cerdo. En cuanto a vinos jóvenes podemos incorporar legumbres o pastas. Podrán disfrutar de distintas maneras buscando sus notas aromáticas de frutillas, moras, cerezas con tonos rojos, rubí intensos o más violáceos cuando son más jóvenes; en boca se encontrarán, taninos dulces y suaves.
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